El Colegio Guadalupe pertenece a la Congregación del Verbo Divino cuyo carisma es la Misión que se expresa al construir el Reino de Dios en lo cotidiano contribuyendo a la unión de los seres humanos en el corazón de Dios, siendo la diversidad y la universalidad lo que los caracteriza. Nuestro colegio se distingue por ofrecer una educación integral abordando cada aspecto del desarrollo humano de acuerdo con la etapa de formación del alumno. En la dimensión espiritual nos enfocamos en el crecimiento en la fe y el acompañamiento afectivo del niño. Cada uno de los aspectos del área humana se trabajan conforme a la etapa de formación que está atravesando el alumno.Desde la dimensión espiritual se vela por la maduración en la fe y el acompañamiento del niño en su maduración afectiva.
En la etapa inicial, los niños comienzan a celebrar su fe en un Dios cercano, caminando junto a ellos y siendo su amigo. Se trabaja la socialización, la expresión afectiva y la confianza en sí mismos.
La Celebración de Inicio marca el comienzo del año, presentando el lema de trabajo y motivando a los niños a participar en una misión especial. Buscamos involucrar a las familias en la educación en la fe desde el hogar.
A partir de esta celebración, la Virgen María visita cada hogar de nuestros niños, compartiendo experiencias a través de un cuaderno especial.
Al finalizar el año, celebramos el Pesebre Viviente, agradeciendo el camino recorrido y viviendo la alegría de la Navidad.
En el nivel primario, se abordan temas como el cuidado personal, el respeto, la amistad y el valor del proceso enseñanza-aprendizaje. El trabajo conjunto estimula el crecimiento espiritual, afectivo y social de los niños.
Nos reunimos en familia para celebrar a Dios Padre, creador y protector. Descubrimos que, como ángeles en el cielo, nuestros padres en la tierra nos ofrecen amor y cuidado para afrontar la vida. El Ángel de la Guarda nos invita a reflexionar sobre la importancia del cuidado en todas sus dimensiones: personal, social y ambienal.
Guiados por Jesús y sus apóstoles, cultivamos en los niños el valor de la amistad y la comunidad, fundamentales en el carisma Verbitas. Reflexionamos sobre la importancia de amar a Jesús como Dios, Amigo y Maestro, reconociéndolo en quienes nos rodean.
Descubrimos que, a pesar de sentirnos solos en ocasiones, hay amigos y maestros que nos acompañan en nuestro caminar.
Dios se comunica con nosotros a través de su Palabra. Al explorar el Nuevo Testamento, aprendemos a encontrar a Jesús mediante sus enseñanzas. La Biblia, con sus lecciones, nos revela la importancia del diálogo fraterno y el compromiso de vivir el evangelio en nuestra vida diaria.
En septiembre, mes en el que la Iglesia resalta la relevancia de acercarnos a la Palabra de Dios, los niños reciben esta enseñanza. Tanto la escuela como los padres comparten este mensaje con sus hijos, mostrando un compromiso cálido y dedicado para que la Palabra esté presente en el hogar y se viva en su plenitud.
Guiados por María, quien nos insta siempre a «Hacer todo lo que Jesús les diga», comenzamos la preparación para la Primera Comunión. Participar en la «Fracción del Pan» implica tener un espíritu abierto al compartir, respetando las diferencias y valorando lo bueno en los demás, así como en otras culturas.
Dios ama a toda la humanidad sin hacer distinciones de personas. En una Celebración Mariana y Misionera, los niños reciben su Rosario Misionero entre ponchos de colores que simbolizan los cinco continentes. En este evento, rezamos por todos los pueblos con un corazón misionero, trascendiendo culturas, credos y naciones.
Jesús es el Pan de Vida, el mismo Dios que se ofrece como alimento para congregarnos y unirnos en torno a su presencia. Somos pueblo, iglesia y cristianos a través de la fe, un regalo divino y una decisión para vivir los valores del Evangelio.
La Comunidad Educativa comparte con las familias en una auténtica celebración de «Acción de Gracias» durante el primer encuentro del niño/a con Jesús en la Eucaristía, formando una festividad familiar y eclesiástica.
Al igual que construimos nuestra historia familiar y personal con cada experiencia de vida, nuestra fe también tiene su propia narrativa. Surge de la recopilación de experiencias de fe vividas y plasmadas en la Biblia. Exploramos las tres religiones monoteístas o abrahámicas desde el Antiguo Testamento, dando inicio al diálogo interreligioso.
La visita al Parque Temático, con la invitación abierta a las familias interesadas, brinda una oportunidad para confirmar que Dios siempre busca caminos para encontrarse con sus hijos. En ese encuentro, el corazón humano se transforma en «tierra santa», llevando consigo paz, bienestar y felicidad.
A lo largo del año, los alumnos de tercer grado exploran el Nuevo Testamento, mientras que los de sexto grado profundizan en el Antiguo Testamento. Al cierre del año, se llevan a cabo las Olimpíadas Bíblicas, donde los estudiantes participan por grado en sus respectivas categorías, acompañados por sus familias.
Este evento se convierte en un encuentro comunitario vibrante. El compañerismo, la solidaridad y la colaboración crean un ambiente lleno de alegría y colores, culminando con el reconocimiento de un año de compromiso y esfuerzos.
Nos consideramos la Iglesia en acción. Ser cristiano implica ser una persona íntegra y comprometida con el bienestar de los demás. Ser misionero significa llevar el Evangelio, proclamándolo a través de nuestras palabras, actitudes y acciones.
La fe se comparte, se transmite y se traduce en obras concretas. La comunidad educativa, junto a las familias y los estudiantes de séptimo grado, comparte y agradece el final de esta etapa educativa, encomendando a los jóvenes que iniciarán la próxima etapa.
Somos una Iglesia en acción. Ser cristiano implica ser una persona bondadosa y un ciudadano comprometido con el prójimo. La misión consiste en llevar el Evangelio proclamándolo a través de nuestras palabras, actitudes y acciones. La fe no solo se vive, sino que también se comparte, se transmite y se traduce en obras concretas.
La totalidad de la Comunidad Educativa, junto con las familias y los estudiantes de séptimo grado, comparten un momento de agradecimiento y despedida al concluir esta etapa educativa. Además, encomiendan con esperanza la nueva etapa que los jóvenes iniciarán.
La Pascua, sin lugar a dudas, es la festividad de la que emana toda nuestra vida de fe. En ella celebramos la resurrección de Jesucristo, la victoria de la vida sobre la muerte, abriéndonos así el camino hacia la vida eterna. Como afirma San Pablo en la Carta a los Corintios: «¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?… ¡Demos gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo!» (1Cor. 15,55-57).
Cada año, la celebración de la Pascua, en comunidad, se convierte en una combinación de fiesta, oración y reflexión. Este ritual anual busca iluminar nuestro día a día y guiarnos en nuestro caminar espiritual.
En cuarto año, los estudiantes tienen la oportunidad de recibir el Sacramento de la Confirmación. La formación se lleva a cabo en el marco de la catequesis, con el acompañamiento personalizado del catequista y las propuestas de la Pastoral Juvenil Guadalupe. Además, los alumnos participan en un retiro especial diseñado para discernir y tomar la decisión de confirmarse.